En una de las sesiones del programa universitario de postgrado en Coaching and Learning en el formato de diploma de Coachig Ejecutivo y Organizacional de la pasada Edición se abrió un interesante debate que no desearía dejar a un lado. La pregunta fue muy simple: ¿es necesario estar acreditado para poder ejercer como coach? ¿Cuál es la asociación con la que debo acreditarme?.

Si lo adaptamos a nuestro lenguaje académico-empresarial  es algo así como si me preguntan ¿Cual sería la mejor “marca” que debería escoger si quiero ser empresario?”. Es un tema, dada la proliferación de coachs de todo tipo y, sobre todo, de asociaciones al respecto (se ha convertido en una profesión en auge),  que ha de ser tratado con mucho respeto.Web

Desde el programa “Coaching Ejecutivo y Organizacional” organizado por el Centro de Formación Permanente e impartido por el Equipo SISCAPEM en colaboración con la Facultad de Ciencias del Trabajo de la Universidad de Sevilla, tenemos una postura muy clara al respecto.

Estamos en la Universidad y lo que impartimos es un conocimiento experto de carácter universitario. Con un reconocimiento (certificación-título) de Post-grado universitario que los alumnos consiguen siguiendo un programa formativo muy denso (como ellos dicen, a nivel de Master) en tiempo record, lo que supone un esfuerzo y una dedicación importante.

Nuestros alumnos lo cursan porque hemos desarrollado una programación y un plan de trabajo (metodología coaching-learning), de tal forma que al participante (alumno/profesor) le resulta muy grato e incluso divertido participar (lo que contribuye a darle más valor al programa).

A modo de ejemplo, las pasadas sesiones son muy ilustrativas. Aún no ha habido ninguna, dentro de todo el programa, que resultara aburrida, pesada o escasamente dotada de un contenido de calidad (“nada que ver con lo que hacen otros”… me han indicado personas que han cursado otros programas más cortos y que no están a cargo de SISCAPEM).

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Una vez el alumno se ha sometido al proceso de des-aprendizaje y re-aprendizaje, ha trabajado de manera cuidada tanto sus prácticas (horas de Coaching reales)  como su propuesta de intervención de Coaching Ejecutivo adaptada a una organización (empresa u otro tipo), presentándola ante un tribunal integrado por profesores y profesionales del Coaching, culminado todo el proceso con la actitud y compromiso de seguir formándose y especializándose, yo me pregunto: ¿Es razonable la exigencia de “pagar” por un proceso paralelo?

En mi opinión….. la respuesta es NO.

El valor de la Certificación (y esta es una opinión puramente personal) es un “valor de mercado”, es decir, que costará más o menos en función de:

  • La entidad de certifique-acredite
  • Lo que cueste la acreditación en función del nivel que se quiera acreditar.

certificadoDecíamos el otro día (y señalaba un compañero con buen criterio), que con estos requisitos cualquier persona podría conventirse en un Coach, si está dispuesto a pagar el proceso.  No se requiere formación académica ni específica ninguna…… y esto es un “peligro”, sobre todo siendo conocedores, como somos, del poder tan grande que tiene el coaching en los procesos de cambio.

Personalmente, he conocido a algunos coachs profesionales certificados que necesitarían muchísimo entrenamiento adicional a la formación inicial adquirida, pues no sólo no ayudan a conseguir resultados en positivo, sino todo lo contrario, y eso si es muy peligroso.

Por otro lado, también he conocido a otros coachs acreditados, a los que se les “exige” una actualización para seguir siéndolo, y a los que el hecho de actualizarse les supone sólo un coste…. puesto que su profesionalidad sale de los parámetros estándares de la Asociación.

Por último, también he tenido el placer de conocer a personas que, sin necesidad de ser Coachs “acreditados”, poseen un intensísimo valor como profesionales en su área y, de manera inconsciente  y tras ejercer esa labor de “acompañamiento” propia de los coachs, han conseguido cambios espectaculares en sus “acompañados”.

¿A cuál de ellos elegiría como coach personal?…. sin dudarlo ni un segundo, a estos últimos.

A mi juicio, el verdadero valor de mercado no lo da la acreditación, ni la formación (curso, seminario, etc)… sino el resultado del trabajo de entrenamiento y formación personal que desarrolle el propio Coach.

workshop-4-1455028-639x423La propuesta que hacemos desde SISCAPEM y la Universidad de Sevilla es que el proceso de aprendizaje tenga un “valor de prestigio” con el que conseguir que el participante finalice la formación y entrenamiento óptimamente preparado para poder iniciar su actividad, y con la actitud suficiente para desarrollarse profesionalmente de manera que “su propia marca” sea la mejor de las certificaciones.

Una vez formado y entrenado el buen coach que utilice el sello acreditativo que él quiera, si es que lo necesita, para poder entrar en una empresa, si es que se lo piden. Nuestra postura no es la de alimentar ningún sello diferenciado de ninguna asociación privada pues,  insisto: somos Universidad (Pública).

En otras realidades, por ejemplo en la Administración, se exige presentar títulos (a veces, de lo que sea) para poder tener puntos reconocidos…. e incluso en algunos casos los cursos no tienen nada que ver con el puesto por el que se opta… sino que son los puntos per se, los que se consideran como fórmula de excelencia.

El peligro que tiene este modus operandi es el de caer en la “titulitis” como forma de “valor” a nivel profesional, con el consiguiente “mercadeo” de las empresas que interactúan en estas realidades, y la bajada de calidad de los cursos que algunas de ellas ofertan.

Dentro de nuestro programa de contenidos y actividades virtuales, ofrecemos la información de todas las asociaciones más relevantes (por número de asociados) a nivel nacional e internacional, para que el propio participante tenga una mayor información el respecto.

Estoy convencida de que si se trata de Coachs bien formados, sometidos a una intensa metodología correctamente diseñada, con un programa de contenidos altamente innovador y con principios y valores éticos adaptados a la profesión que van a ejercer,  no van a necesitar muchos papeles que avalen su pericia profesional. Su propia experiencia y resultados serán los principales avales.

Su mejor tarjeta de presentación, son ellos/as mismos/as.

Ana Orti